Una vez fuimos salvajes es una conversación imaginada entre la autora y el barrio de SanCristóbal, situado en la periferia de Madrid. Es un juego constante entre formas y fondo, queenfrenta los prejuicios de la narradora con las emociones del espectador que la acompaña; unrecorrido libre y sugerente que abandona de manera progresiva el documental clásico y setransforma en un ensayo en primera persona.