Franz acompaña a su padre, director de orquesta, a un campamento musical. Le gustaría tocar un instrumento, pero todavía es demasiado pequeño. No obstante, la presencia de Franz será determinante para que pueda celebrarse el concierto final, ya que ayudará al músico solista, que es víctima de las malas pasadas que le juegan sus compañeros de orquesta.
Franz y el director de orquesta es una fábula moderna sobre el respeto y la tolerancia que ha sido premiada en festivales de todo el mundo. Es una película muy artesanal, pues la animación se hizo en stop motion, principalmente con recortes de papel y sin usar ordenadores, lo que supuso siete años de trabajo.