A Clément le encantaban los westerns y ahora Juliette, su hermana, realiza en torno a él un film que parte de aquella mitología para ofrecer el retrato de su nueva vida como ganadero en la región francesa de Limusin. Y de paso, elabora un discurso que además de familiar, tiene algo de etnográfico y, sobre todo, de denuncia y reivindicación ecologista frente al capitalismo salvaje.