En el año 1963, bajo la dictadura franquista, dos estudiantes suecos viajaron a España para dar eco a los movimientos en favor de la democracia. Contactaron con un joven trovador universitario, Chicho Sánchez Ferlosio, y a la vuelta en Estocolmo fabricarían un disco con la grabación de sus canciones. Lo titularon como Canciones de la Resistencia española y ocultaron bajo el anonimato el nombre del cantante y el compositor. El disco se convirtió en un éxito inmediato en toda Escandinavia.