Retrato perturbador de un padre de familia sirio, devoto convencido de la ideología talibán, inculcada diariamente a sus ocho hijos. El cineasta logra un acceso íntimo a su vida cotidiana, a sus actividades, a los campos de entrenamiento de futuros jihadistas. El acento está en la formación de los hijos (varones), y muestra cómo la educación puede modelar radicalmente a las personas.