En 1937, el periodista británico John-Langdon Davies junto al voluntario inglés Eric Muggeridge fundó la organización “Foster Parents Plan for Children in Spain” (Plan de Familias de Acogida para Niños de España), hoy PLAN INTERNATIONAL.  Era la primera organización dedicada al apadrinamiento y se creó para ayudar a los niños y niñas huérfanos o con padres en el frente durante la Guerra Civil española, mediante la creación de una red de casas de acogida que proporcionara un hogar a más de cuatrocientos niños españoles. 

Durante cinco años, niños y niñas de toda España que habían tenido que dejar sus casas, vivieron en unas colonias infantiles situadas en Cataluña y en el País Vasco francés y fueron apadrinados por adultos británicos y norteamericanos, entre los que destacan algunos nombres tan conocidos como Ingrid Bergman, Frank Sinatra, Peter Ustinov o Eleanor Roosevelt.

Setenta y cinco años después del inicio de aquel proyecto, llega a las manos de cuatro jóvenes, recién graduados en Comunicación Audiovisual por la Universitat Pompeu Fabra, una lista con los nombres de los protagonistas de aquella experiencia.

Seducidos por la fuerza de la historia, deciden iniciar una investigación para conseguir encontrar a aquellos niños y niñas, y plasmar esa búsqueda en un relato fílmico “La distancia de los nombres” configurado como un documental histórico deliberadamente exento de imágenes de archivo. Tiene la impronta de la dificultad de reunir las piezas de una historia de ámbito internacional alejada en el tiempo y la de la voluntad de rescatar del olvido a las últimas voces de una generación a través de su propio testimonio. 

El proceso de búsqueda de los realizadores se erige como el hilo conductor del documental, y, poco a poco al espectador se le va revelando la heroica hazaña iniciada por John Langdon-Davies y sus colaboradores. Lejos de pretender crear un relato meramente informativo, los autores del documental se involucran en la historia para traerla al presente, darla a conocer y, por encima de todo, salvaguardar su memoria antes de que caiga definitivamente en el olvido.