El tigre de Turan, ya extinto, es hoy un ser mítico y un símbolo sagrado del Asia Central. La directora combina diferentes elementos visuales y sonoros que dan lugar a un collage de formas que transmiten con brillantez una sensación de complementariedad mística, al tiempo que nos habla de la pérdida que supone la fractura de ese vínculo esencial y constitutivo de los seres vivos.