El río Suzhou que fluye a través de Shanghai es un depósito de inmundicia, caos y pobreza, pero también es un lugar de encuentro de recuerdos y secretos. Mardar, un mensajero de motocicletas viaja por toda la ciudad con todo tipo de paquetes para sus clientes. Parte de su éxito en el negocio es que nunca hace preguntas. Un día un contrabandista de alcohol le pide que lleve a su hija de 16 años, Moudan, a casa de su tía. En el trayecto, ambos se sienten atraídos. Pero su tierna felicidad se ve interrumpida cuando Moudan cree que Mardar la ha secuestrado a cambio de un rescate. Está tan decepcionada con él que salta al río Suzhou desde el puente. Mardar se convierte en sospechoso de asesinato. Cuando un par de años más tarde sale de la cárcel, conoce a la bailarina Meimei, un alter ego de Moudan, y se fascina por ella.