La directora es una adolescente cuando, tras el funeral de su padre, lee la vida del fallecido en los periódicos. «¿Por qué no sé nada de todo esto?». Hija de un anarquista condenado por terrorismo durante la dictadura franquista y afiliado al partido comunista durante su encarcelamiento, partido por el que después será regidor en Barcelona durante las primeras legislaturas democráticas, Joana Conill comprende que su padre, compañero de juegos y aventuras, decidió no contarle su vida. ¿Por qué? Mientras rueda la película, la hija aprenderá a ser directora de cine, como cuando era pequeña y jugaban a resolver misterios, en un viaje al país de la memoria donde las piezas nunca encajan. Si la memoria es imposible, ¿qué es lo que nos impulsa a buscar?
Joana Conill Amelivia (Logroño, España, 1980). Reside en Barcelona. Estudia Historia del Arte en la Universidad de Barcelona (UB) y Dirección Cinematográfica en el Centro de Estudios Cinematográficos de Cataluña (CECC). Más tarde estudiará Narrativa y Novela en la Escuela de Escritura del Ateneo Barcelonés. Decide finalizar su carrera académica para trabajar en el sueño de lograr dar voz a su historia familiar vinculada con al violencia política española del siglo XX y el de encontrar caminos de reparación colectiva que aporten nuevos escenarios sociales más allá del conflicto y el trauma. Emprende la dirección de «La cigüeña de Burgos» en 2014 y estudia Psicología Orientada al Proceso (Instituto de Trabajo de Procesos y IAPOP) para poder apoyar su propio proceso de búsqueda y el de otras personas. En 2020 logra terminar su ópera prima autoproducida, «La cigüeña de Burgos», después de seis años de paciencia y obstinación.