"Si la víbora pudiera oír, y el escorpión podría ver, nadie escaparía". La víbora es sorda, el escorpión es ciego. Eso es lo que es y eso es lo que siempre será, al igual que el campo es tranquilo, la ciudad está agitada, y el ser humano es insaciable. Lacrau (Escorpión) busca “la curva donde el hombre ha perdido a sí mismo" en un viaje desde la ciudad hacia la naturaleza. La huida del caos y el vacío emocional que llamamos progreso; la materia sin espíritu, sin voluntad. En busca de la más antigua de las sensaciones y de las relaciones humanas. Desconcierto, el miedo a lo desconocido, la pérdida de confort básico, la soledad, el encuentro con el otro, el otro animal, la otra planta. Una inmersión en la búsqueda de una conexión con el mundo. Donde el punto de partida y de llegada son los mismos, yo no lo soy.