La película ha sido rodada aprovechando el acceso privilegiado a filmar en Corea del Norte de la mano de Alejandro Cao de Benós, el único extranjero que trabaja para el gobierno comunista.
El film analiza las estrategias utilizadas por los diferentes "jugadores" para manipular la "verdad" y sus intereses. Noticias falsas, medias verdades y polémicas surrealistas sirven para que el espectador llegue a sus propias conclusiones y reflexione sobre lo difícil que es saber la verdad.