Los hermanos Magnar y Oddny, ambos septuagenarios, nunca abandonaron su casa de la infancia. Gestionan la granja familiar como lo hicieron varias generaciones antes que ellos. Los cambios han sido mínimos; sin embargo han adoptado algunas innovaciones. Instalaron electricidad y teléfono durante la década de los 70. En los 80, adquirieron un reproductor de radio cassette, un lujo muy apreciado. Por desgracia, el cassette se rompió hace unos años, quedándose con una caja llena de cintas que ya no pueden escuchar.
Magnar y Oddny están lejos de ser ricos; pero cercanos a la naturaleza que les rodea. Su momento más importante es cuando hacen la peregrinación anual a los montes para el pastoreo de verano con su ganado. Pero, ¿puede esta rutina durar para siempre? El avance de la edad y los problemas de salud son razones para cuestionar si han de hacer el pastoreo este verano. Y si es así, ¿será el último?