Hace exactamente 40 años, el 3 de julio de 1973, el Hammersmith Odeon de Londres fue el escenario de un concierto histórico: David Bowie hacía su última reverencia en el escenario en la piel de su alter ego, Ziggy Stardust, siempre acompañado por sus fieles Spiders from Mars. Bowie decía adiós al personaje que le había dado fama, pero allí estaba alguien para inmortalizar la despedida: D.A. Pennebaker, el maestro indiscutible del rockumentary.